Me esperaba una
media rápida, donde la presencia de algo de desnivel positivo no la hiciesen
apta para puros corredores de asfalto. Pero exceptuando una primera subida nada
técnica, la prueba fue excesivamente llana, obligándome a unos ritmos a los que
mi cuerpo no está acostumbrado.
Ya desde el
principio me di cuenta que la cosa iba a estar entre Federico García y yo, pues
en los primero kilómetros nos marchamos con facilidad, ganado unos preciosos
metros a nuestros rivales.
Mi acompañante
pronto me mostro una gran solvencia respecto al triunfo final, dándome la
sensación de que por mucho que yo apretase, a él siempre le quedaba algo en la
recamara.
No me quedo otra
que aguantar todo lo posible y sucumbir a un pequeño tirón que, a falta de uno
kilometro hizo que Federico se marchase en solitario hacia un triunfo muy
merecido.
Yo ya sin
ninguna presión, me deje llevar hasta meta para completar un muy buen
entrenamiento de cara a los objetivos de esta temporada.
La próxima, La
Dragón Trail: una carrera dificilísima de gestionar donde se albergarán un gran número de grandísimos corredores.
¡Pero
eso es otra historia que ya os contaré en próximas entradas!
Parece un clon tuyo el Federico este, hasta en el estilismo jeje. Un saludico.
ResponderEliminar